El Estado dedicará los impuestos recaudados a construir escuelas públicas.
El primer mercado público de marihuana de EE UU abrió este 1 de enero en Colorado, gracias a la entrada en vigor de la normativa que legaliza esta sustancia. La legislación fue aprobada en referéndum coincidiendo con las elecciones presidenciales de 2012 y, tras ser ratificada por las autoridades estatales de Colorado el pasado mes de mayo, se determinó su entrada en vigor a las 8 de la mañana, hora local, del primer día del año. En ese instante, varias docenas de establecimientos abrieron sus puertas al público.
Según informó la agencia Reuters, centenares de personas esperaban en varias tiendas en Denver, Colorado, a la espera de que abrieran sus puertas. Uno de sus dueños esperaba recibir hasta mil personas en esta primera jornada y había contratado seguridad privada para lidiar con posibles incidentes en el aparcamiento del local.
El experimento que este miércoles arrancó en Colorado es seguido de cerca por otros Estados norteamericanos y otros países que podrían seguir sus pasos. Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en 2013 al regular el mercado de la marihuana. Holanda, pionero en este ámbito, permite a los ciudadanos comprar, vender y consumir esta sustancia, pero no su cultivo.
Las autoridades de Colorado estiman que los beneficios por las ventas pueden ascender a 578 millones de dólares (418 millones de euros), incluidos 67 millones de dólares (49 millones) solo en impuestos. El cannabis tiene una tasa impositiva del 15%, mientras en otros productos relacionados, como pipas o papel de fumar, asciende al 10%. El nuevo mercado está basado en un sistema similar al que regula la venta de alcohol en otros territorios de EE UU pero que nunca se ha empleado en el caso de la marihuana en ningún otro país.
La legalización por parte de Colorado sirve de experimento que ahora observan el resto de Estados, pendientes de su viabilidad y efectividad. Los detractores de la legislación alegan que puede disparar el consumo de esta sustancia entre menores de 21 años y aumentar el número de accidentes de tráfico en el Estado. Para impedirlo, la puesta en funcionamiento del nuevo sistema ha ido acompañada de campañas de consumo responsable y numerosas normativas que regulan desde cuántas plantas de marihuana se pueden cultivar en una residencia —un máximo de seis— hasta dónde se puede consumir —en lugares privados— o su estricta restricción en el aeropuerto internacional de Denver.
El Estado de Washington se sumó al de Colorado con la legalización de esta sustancia en 2012. Sin embargo, su venta no comenzará allí hasta dentro de unos meses. El respaldo de Washington y Colorado a este experimento ha sido interpretado como el comienzo de una nueva etapa para el consumo de determinadas sustancias en EE UU. Otra veintena de Estados ha regulado su uso médico, algo que todavía no ha reconocido el Gobierno federal.
La normativa ratificada en mayo por el gobernador demócrata John Hickenlooper especifica desde las condiciones que deben cumplir los establecimientos para recibir el permiso estatal hasta la manera en que tienen que envasar la marihuana. La regulación también estipula una nueva tasa mínima para conducir bajo los efectos del cannabis, similar a los límites estipulados para la conducción en el caso del alcohol. La tasa máxima que entró también en vigor este 1 de enero es de 5 nanogramos de THC en la sangre. Por encima de este límite se presume que el conductor ya maneja el vehículo bajo los efectos de la marihuana.
La ley establece además que los ciudadanos de Colorado pueden adquirir hasta 28 gramos de marihuana, mientras que los visitantes solo podrán comprar un máximo de 7 gramos y no podrán cruzar con ella las fronteras del Estado. Todas las ventas deberán llevar etiquetas que indican la cantidad proporcionada y la potencia de THC, el principal componente psicoactivo del cannabis.
El Estado de Colorado también aprobó en referéndum el pasado mes de noviembre que los impuestos recaudados por la venta de esta sustancia sean empleados para financiar nuevos mecanismos de supervisión y regulación del nuevo mercado. El 65% de los votantes respaldó que los primeros 40 millones que provengan de estas ventas a través de las tasas sean destinados a la construcción de escuelas públicas.
Las autoridades de Colorado han seguido adelante con un proceso sobre el que el Gobierno federal de EE UU todavía no se ha pronunciado. El Departamento de Justicia aún no ha especificado cómo va a responder al desafío legal que suponen las iniciativas de Colorado y Washington y que pronto podrían imitar Alaska, California o Arizona.
El presidente Obama, por su parte, afirmó a finales de 2012 que la persecución de la marihuana no era un asunto prioritario para su Administración. Esta sí compartió sus prioridades para la regulación del nuevo mercado, que van desde exigir a los Estados que mantengan la droga alejada de los menores, los carteles del narcotráfico e instancias federales, como edificios gubernamentales, para evitar la intervención del Gobierno.
Fuente El País
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