lunes, 10 de febrero de 2014

Israel lanza una campaña para facilitar la marihuana médica gracias a internet

Israel lanzó una nueva campaña destinada a facilitar el uso de marihuana médica gracias a internet, que permitirá a miles de pacientes solicitar el permiso de las autoridades y recibir la sustancia en el domicilio.
Quizá desconocida para la mayoría, la industria médica del cannabis experimentó en la última década un importante impulso en el país, no sólo por los avances en el campo de la investigación sino también por el apoyo de las autoridades.
Así, el Ministerio de Salud fomenta el empleo médico de la planta desde 1995 -cuyo consumo para fines lúdicos es ilegal- y en los últimos años más de 17 mil pacientes se han beneficiado de diferentes tratamientos que, no obstante, son considerados el último recurso alternativo a la medicina tradicional.
El Ministerio de Salud ha dado un paso más al lanzar vía online la nueva campaña con el propósito de agilizarlas, en ocasiones, incontables trabas burocráticas a las que tenían que hacer frente los pacientes para recibir sus dosis.
De esta manera, haciendo un clic en el mouse (ratón), a los que se haya recomendado el uso médico del cannabis podrán obtener en un breve espacio de tiempo, incluso el mismo día, el visto bueno de un equipo especializado y recibir la sustancia en su domicilio sin necesidad de acudir a centros de distribución.
“La idea es que para finales de año o principios de 2015 podamos contar con un sistema centralizado y bien engrasado que permita a las farmacias dispensar la marihuana médica”, explica Mijael Dor, responsable del equipo asesor del departamento encargado de aprobar el uso del cannabis en el Ministerio de Salud.
Para ello, una treintena de especialistas trabajan ya en los permisos con los que hoy cuentan unos 14 mil pacientes, en colaboración con 20 hospitales y 10 centros de producción de marihuana a un nivel aceptable para fines medicinales.
“Pretendemos que el Gobierno centralice la labor de investigación y distribución en un cuartel general donde podamos tener buenos laboratorios y un control de calidad”, apostilló el médico jefe.
Los facultativos que recomiendan el uso son oncólogos, especialistas en dolor, reumatólogos y también los médicos de cabecera pueden derivar a pacientes tras considerar que han agotado todas las posibilidades.
Los tratamientos combaten problemas neurológicos crónicos como esclerosis múltiple, Parkinson, dolor crónico por enfermedades como el cáncer, fibromialgia o amputaciones, a lo que se suman trastornos de alimentación como anorexia y otros desórdenes alimenticios en los que el cannabis estimula el apetito.
Especialistas de Salud enseñan al paciente cómo emplear la droga, que se puede fumar, inhalar, ingerir en galletas para los más pequeños, o en forma de gotas, además de untar en una crema cutánea.
Las terapias con la verde planta han cobrado fuerza y en las últimas semanas sólo 400 personas han sido autorizadas, incluso el Hospital Tel Hashomer de Tel Aviv anunció que no emitirá más recetas si no es por expresa recomendación médica.
Los especialistas advierten, sin embargo, de que el cannabis no es una “varita mágica” para todo el mundo, ni para cada diagnóstico, y conlleva efectos secundarios.
“Tenemos un conocimiento limitado y tratamos de recopilar datos. Estamos al principio del camino y queremos establecer guías clínicas para saber qué hacer en cada caso”, señala Dor.
Uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta la comunidad médica es que la marihuana no es una medicina pese a que son de sobra conocidos sus beneficios, en parte por la renuencia de las farmacéuticas a investigar una sustancia de uso común durante seis mil años.
Rafael Mechoulam, el científico israelí que logró aislar en 1964 el THC (Delta-9 TetraHidroCannabinol), principal principio activo de la marihuana, destaca que los médicos no están familiarizados con ella porque no ha sido suficientemente testeada, si bien la recomiendan para el tratamiento de muchas enfermedades.
Y apunta la paradoja de que pese a que se ha extendido el uso médico de la planta, los compuestos TCH y CBD (cannabidiol) no son considerados medicamentos.
“Excepto algún estudio minoritario, la mayor parte de la investigación se ha hecho in vitro o con animales”, lamenta este profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén y Honoris Causa por la Complutense de Madrid.
Por su parte, Dor confía en que la alta demanda conduzca finalmente a que se generen maneras novedosas de consumo y patentes médicas: “Hay varias start-up en el país que tratan de elaborar una planta para convertirla en un medicamento para inhalar. Soy optimista”.
Fuente El Tambor

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